El 10 de marzo de 2020, se anunció que las Fallas de Valencia se suspenderían debido a la pandemia mundial de COVID-19.
Los ninots, espejo de los defectos y las pocas virtudes de nuestra sociedad, se retiraron de las calles y se almacenaron en un lugar seguro. Con su confinamiento, estas figuras de cartón-piedra y madera representarían a un país que atravesaba uno de sus momentos más duros y llenos de incertidumbre y fragmentación social.
Tras sucesivas cancelaciones, las Fallas no regresaron hasta septiembre de 2021, lejos de su fecha habitual y entre medidas de seguridad, mascarillas y distancia social.
Esta serie de fotografías, realizada en los últimos días de aquel agosto, representa a los ninots desmontados y todavía envueltos en los plásticos con los que fueron protegidos durante año y medio.
Los que fueron símbolos de nuestra cultura y de los lazos que nos unen, se muestran heridos, desmembrados, en ruinas, como en un paisaje después de la batalla. Al igual que el país, esperando una reconstrucción ante la duda de si ésta llegara y de si los fragmentos volverán a encajar.